jueves, 9 de julio de 2009

Sobre que voy a escribir hoy?

Será acaso sobre lo que me pasó ayer?
Será acaso sobre lo que soñé anoche?
Será acaso sobre lo que me sucedió hace tiempo pero tomó importancia recién ahora?
Sobre que será?

Hoy me veo y encuentro sólo miles de emociones mezcladas en mí, me veo y me siento más de lo que me veo, me siento y veo más de lo que se ve a simple vista.

Me encuentro y me desencuentro permanentemente, me encuentro y siento que estoy en lo cierto sobre lo que quisiera estar haciendo ahora, sobre lo que quisiera hacer mañana y sobre que me gustaría terminar haciendo.

Me encierro en mí mismo, salgo, me libero y exploto.

Me desvelo pensando en ella, o lo que es lo mismo, pensando en mí.

Me desvelo pensando en mis sueños, en que debería hacer para llevarlos a cabo, sonrío, los ojos se me ponen llorosos de la emoción, vuelvo a sonreír, una lágrima desciende atravesando todo mi rostro, al tiempo que una imagen, parte de una secuencia de imágenes que forman el futuro que quiero para mí, aparece por milímetro de mi rostro recorrido.

Me quedo sonriendo un rato, maravillado por esas imágenes, y me pongo serio, vuelvo a la realidad.

Y me siento preso, me siento extraño, me cuesta discernir entre el imaginario y la realidad, me cuesta asumir la distancia existente entre mis sueños y mi realidad, me cuesta darme cuenta que no es tan efímera como parece en ese momento, me cuesta hacerme la idea de que sí lo es, de que todo está allí, tan al alcance de la mano.

Me emociono mientras escribo, leo borroso al tiempo que escribo esto, muerdo mi labio inferior.
Cierro los ojos, no veo más que el negativo de la luz del sol que dejó pasar la apertura de la ventana, tengo la mente en blanco, me liberé por un momento, la mente descansa, agradecida, incrédula de haber experimentado un momento de plena paz, es maravilloso.

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