sábado, 7 de noviembre de 2009

Una nube pasajera

¿Qué te propones? Oh nube, ¿qué te propones al tapar la luna?

Dime, ¿por qué no me dejas contemplarla?

Era una noche tan linda, con un cielo tan bajo, ¿de dónde salieron tantas nubes? Tan de repente, sin un aviso.

Es que no entiendo, la veo distante, y un resonante tambor de truenos dibuja mi cielo. Ahora opaco, sin brillo, ahora tan lleno de nubes, tan gris y sombrío.

Se deja vislumbrar, entre relámpagos que confunden, tan sólo un ratito, para volver a ocultarse, por nubes que no me la dejan ver, pero yo sé que está ahí.

Ahora siento, en este cielo de estrellas, donde nada parece tener luz más que el errático iluminar de los relámpagos, que puede tanto llover como despejarse, que puede tanto perderse la luna como correrse esa nube.

Y reconozco así, con una media sonrisa para mí, que es sólo una nube pasajera. Que dentro de poco ésta lluvia de truenos se convertirá en pajarillos cantando melodías para el deleite, y rayos de luz iluminarán florecillas a vívidos colores reflectantes del agua que supieron tomar. Y que ya no hay nubes. ¡A disfrutar!